Agradecemos a nuestra colaboradora Gloria Olivé por compartirnos este artículo. Su autor, Mario Eduardo Cohen es el Presidente del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí.
Los sefarditas guardianes del castellano
Luego de la expulsión de Castilla y Aragón, en 1492, los judíos sefardíes se llevaron el idioma castellano al exilio. Con los siglos se fue diferenciando del idioma de la península, conformando lo que hoy se llama «el judeoespañol». La emigración masiva y la shoá redujeron notoriamente el número de hablantes de esta lengua.
Una curiosidad: hacia fines del siglo XVI el idioma español se hablaba en todos los continentes conocidos en la época. En la Península Ibérica, en América y en Filipinas, por influencia de los propios españoles. En Asia y África fueron los sefardíes los que lo utilizaron y quienes desarrollaron su literatura en un idioma hispánico (el judeoespañol).
Otro capítulo importante es el papel que desempeñaron los expulsados de la Península Ibérica como creadores de las primeras imprentas, tanto en el continente africano como en el asiático; se adelantaron dos siglos a la aparición de la primera imprenta turca.
Si salteamos varios siglos y llegamos a la actualidad, observaremos que en el Estado de Israel, el idioma castellano ocupa un cuarto o quinto lugar entre las lenguas más habladas. También podríamos considerar a los escritores judíos latinoamericanos que se expresan en castellano, tema que desarrollaremos en otra oportunidad.
En conclusión, hoy no hay dudas de la estrecha relación de los judíos con el nacimiento y desarrollo del idioma castellano, en todas sus etapas.