El debate acerca de «cómo ser el mejor docente posible» se ha ampliado, debatido y, por qué no, más interesante ¿gracias? a las distintas estrategias nacionales y regionales para abordar la pandemia del COVID. Primer aprendizaje: ya no hay excusas para «sólo pensar la educación». Segundo aprendizaje: los pedagogos necesitan dejar sus despachos y «bajar al territorio» para hacer la educación en contextos sociales vulnerables. Tercer aprendizaje: las políticas de aislamiento y cierre de las actividades educativas presenciales desnudó las falencias de infraestructura de conectividd, acceso a dispositivos adecuados parra la educación virtual.
También continuó otro debate, un poco en voz baja sobre cómo debe ser un docente. Muchas veces, en un objeto ajeno a nuestro quehacer, son disparadores de reflexión.
Comparto este capítulo de una serie de animé Ansatsu Kyoshitsu – KoroSensei, donde se enfrentan dos arquetípicos para medir la excelencia educativa: por la humillación o por la misericordia. Y recordando al chef Auguste Gusteau de la película «Ratatouille»: «Cualquiera puede cocinar»:
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