Una creencia que proviene de la edad media, donde se creía que los epilépticos eran personas que habían sido poseídas por el demonio, desde el año 2015 cada segundo lunes del mes de febrero se conmemora el «Día Internacional de la Epilepsia», un evento que busca educar a las personas de todo el mundo sobre esta patología neuronal.
Este trastorno crónico que afecta a cualquier persona y le da una respuesta convulsiva sin importar edad o sexo afecta aproximadamente a 65 millones de habitantes en todo el mundo.
El color que identifica, desde el año 2008, este día es el púrpura por iniciativa de por Cassidy Megan, una niña canadiense afectada por la enfermedad, con el objetivo de desterrar los viejos y falsos mitos sobre esta condición y afirmar a los pacientes de que no se encuentran solos. Asoció el color por la flor de lavanda la cual para algunas culturas representa la soledad, un sentimiento que tienen las personas con epilepsia.
Desde mucho tiempo atrás, la epilepsia ya aparecía en la literatura. Un ejemplo de esto es el caso de Fiódor Dostoyevski. Todas sus obras tienen algún personaje epiléptico, debido a que el famoso escritor sufría de esta condición.
Su primera obra donde trata el tema es en «La patrona» del año 1847, pero su personaje más famoso y el cual ha sido objeto de análisis científico es el del príncipe Myshkin, en su novela «El idiota».
A pesar de que la época ha cambiado, la falta de conocimiento sobre el tema es algo que sigue pasando y por eso es necesario que la sociedad comprenda respecto a este padecimiento que ha generado discriminación y estigmatización, para aquellos que lo sufren y sus familias.
«Nadie está exento de padecerla en algún momento de su vida.
No te escondas porque esta tormenta también pasará y va a volver a salir el sol».
Crédito de la imagen: tomada de http://www.pinterest.com y diseñada por la autora.