Si yo te leo, lo entendés todo

Cada 8 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Dislexia con el objetivo de concientizar sobre este trastorno de aprendizaje que afecta al 10% de la población mundial (el 5% son niños y niñas entre 7 y 9 años).

La dislexia es de origen neuro-biológico y hereditario que genera consecuencias como: tener dificultad para distinguir la derecha de la izquierda, memoria a corto plazo, dificultad para leer palabras u oraciones sencillas, invertir palabras o letras, entre otras. El principal problema que tienen los chicos con dislexia, es que no es compatible con nuestro sistema educativo pues, dentro del mismo, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cual no pueden asimilar ciertos contenidos por medio de la lectura.

La mejor forma de prevenir esto es detectarla y actuar a tiempo, y de esa forma se evita el fracaso escolar, personal y social ya que puede traerle consecuencias emocionales para quienes la padecen.

En Argentina, existe una ley que garantiza el derecho a la educación de niños, adolescentes y adultos con dislexia y otras dificultades específicas de aprendizaje, es la Ley 27.306.

Les compartimos un hermoso escrito de una nena de 10 años (desconozco su nombre) sobre la dislexia:

Dislexia (del derecho)

Soy estúpida.

Nadie diría jamás que tengo talento para las palabras.

Estaba destinada a ser genial,

esto está mal,

soy un fracaso.

Nadie podría nunca convencerme de que yo puedo hacerlo.

Dislexia (al revés)

Yo puedo hacerlo.

Nadie podrá nunca convencerme de pensar que soy un fracaso.

Esto está mal.

Estaba destinada a ser genial.

Tengo talento para las palabras.

Nadie podrá decir jamás que soy estúpida.

“La dislexia no define las capacidades que tiene la persona, sólo hay que confiar en ella para verla brillar”.

Crédito de la imagen: encontrada en las redes sociales y editada por la autora