Actuar en clave de inclusión ante la emergencia sanitaria

Y para cerrar el ciclo de reflexiones de Paula Maciel, nos remitimos al marco de referencia que ofrece la guía de Organización para los Estados Americanos (OEA):

Pensarlas con enfoque de derechos humanos, y prestando particular atención a grupos en situación de vulnerabilidad. Lo que sirva para estas personas, servirá para toda la ciudadanía. La salud de una persona impacta la salud de la humanidad. Desarrollar información y comunicaciones accesibles e inclusivas de manera transversal. Diseñar e implementar medidas de salud accesibles, y con enfoque de derechos. Diseñar e implementar medidas de reducción de impacto económico focalizadas en la población más vulnerable.

Claves de una respuesta integral a la emergencia

Transversalidad de las medidas

Accesibilidad universal

Enfoque interseccional de la respuesta

Principios de un enfoque de Derechos Humanos

No discriminación

Disponibilidad: de bienes, servicios, espacios.

Accesibilidad: física, de información y comunicaciones, de movilidad, económica (asequibilidad), de infraestructura, etc.

Aceptabilidad: consentimiento libre e informado, resguardo de la ética y respeto de la integridad humana, y de factores culturales, lingüísticos, de género, bio-psico-sociales, y de edad.

¿Qué significa un enfoque interseccional?

Abordar en las respuestas políticas, de manera simultánea e integral, los efectos complejos, irreductibles, variados y variables que resultan cuando múltiples ejes de desigualdad y estigmatización de la diferencia —económica, política, cultural, bio-psico-social, racial, de género, de etnia, identidades y experiencias—se intersectan en contextos históricos específicos, produciendo afectaciones únicas e indivisibles.

No pretendemos que sean los y las docentes quienes carguen sobre sus espaldas esa responsabilidad, también. Solamente nos parece importante visibilizar la cuestión para que estén atentos cuando éstos Derechos sean violados y nos ayuden a reclamar y a difundir. Por fin, una de mis compañeras de teletrabajo (y de vida cotidiana cuando se pone difícil) más reciente, Gabriela Sanmartin: «Me encuentro en estos días con la queja (aullada en ocasiones, susurrada en otras) del sostén de las actividades escolares durante esta pandemia. Para docentes y familias, adultos que leo que publican en este espacio, la situación que abrió este aislamiento social parece el disparador de algo inabordable. Para matizar, paso muchas horas preparando mis clases virtuales en la plataforma del profesorado donde sigo trabajando. Y me encuentro con algunos temas, que al menos para mí, sugieren nuevos aprendizajes. Interesantes aprendizajes. Paso a enumerarlos:

1) Si bien no es una sorpresa el uso de herramientas tecnológicas, veo que muchos, muchísimos colegas que se conectan en su vida cotidiana a través de whatsapp, tienen páginas en facebook, instagram y otras redes, hacen compras virtuales, pagan cuentas, etc,, jamas de los jamases habían usado o pensado estos recursos en clave pedagógica.

2) Hace más de una década que doy las mismas materias. Al principio con muchas dificultades para diagramar contenidos y plantear actividades, fui progresando lentamente hasta (por fin) encontrar algunos formatos e ideas que me parecieron útiles. Hoy, esa «baraja» de herramientas y estrategias quedó momentáneamente en suspenso. La virtualidad puso sobre la mesa la necesidad de replantearlo todo: los nudos temáticos, las prioridades, los recursos, las actividades, los tiempos…En muchos casos leo sobre las dificultades y los desbordes de docentes y familias…¿Será que se pretende seguir con un diseño replicado de las épocas de clases presenciales?¿Será que no se entendieron los ejes orientadores que se transmitieron desde distintos representantes y que indican prudencia, calma, contacto virtual, espera…?

3) Es bien cierto que una situación como la actual pone de relieve y en primer plano, las desigualdades más severas. Desigualdades e injusticias que muchos docentes denunciamos y reclamamos hace años, no encontrando o encontrando tibios apoyos comunitarios. ¿Será que es necesario llegar a estos límites extremos, de catástrofe, para tomar conciencia que hay cosas que no son como debieran y están lejos de serlo?

4) No esta bien que lo diga yo, pero casi puedo anticipar que lo que estoy ofreciendo hoy como docente es francamente superador a lo que vine ofreciendo. Primero, porque se ha despojado la práctica de un montonazo de «excesos» (de bibliografía, de subtemas, de ampliaciones) Podría decirse que estoy todo el tiempo, buscando «el Hueso» o «el corazón» (queda más lindo) de las cuestiones a trabajar. Y segundo: porque las idas y vueltas entre los estudiantes y yo, aunque en más lento proceso, tienen más sentido. Todes queremos hacer que este esfuerzo valga. No se compara esta experiencia a la de la más rutinaria cotidianeidad. En cierto sentido, y salvando distancias enormes, me hace acordar a la experiencia vivida en el distrito de Moreno, cuando por la negligencia de quienes debían ocuparse de mantener en condiciones las escuelas, una garrafa explotó y mató a una docente y un auxiliar. No sólo hubo que soportar esa situación insoportable, injusta y angustiante, reclamando justicia en el desierto, sino que se inauguró allí un período de prácticas educativas inéditas, en las calles, en las plazas, en las puertas de las escuelas. Cualquiera que haya pasado por ese momento, que de verdad haya percibido quienes y como nos paramos desde ahí, no puede no valorar, no valorarnos, confundir mensajes y echar culpas.» Sigue Gabriela: Bueno, necesitaba compartirles algo de ésto.

Les agrego algunas palabras impecables de Norma Filidoro. «Se trata de recuperar el carácter profanador de la escuela, retirar las lecturas, las escrituras y las matemáticas del lugar en donde habitan la severidad, el riesgo, la producción, el trabajo. Recuperar la posibilidad de que, como dice Alfredo Jerusalinsky, el conocimiento se anude con el saber de manera que aprenda a sumar, no solo para poder calcular cuántos amigos tiene, sino también para distinguir entre tantos, quiénes no lo son. Que aprenda a leer no solo para poder hacer una receta, sino para saber qué quiere comer. Que aprenda a escribir no solo para enviar un email, sino para saber qué quiere contar o preguntar. Y devolver a la escuela su carácter profanador es también devolverle a las maestras y maestros la posibilidad de jugar.»

Para terminar, algunos ejemplos de buenas prácticas en comunicación accesible, de la guía de la OEA: Ejemplo de uso de lenguaje sencillo para entregar información de auto-cuidado en la emergencia se puede encontrar; Pictogramas (Argentina); Ejemplo de información audiovisual accesible (Argentina); Ejemplos de campañas informativas para personas sordas e intérpretes de lengua de señas (Chile) ;

En Perú se creó un número telefónico de atención por WhatsApp para que personas sordas o hipoacúsicas que tengan dudas sobre la emergencia o sientan síntomas y necesiten orientación, puedan comunicarse directamente y de manera autónoma con los servicios de salud.

Crédito de la imagen: Gerd Altmann en Pixabay, https://pixabay.com/images/id-1016733/