Ayer leímos el principio de la carta a un docente que nunca dio clases a distancia, escrito por Paula Maciel. Pero como en este espacio nos gusta pasar de la queja a la propuesta, dejemos que la misma Paula nos ayude a encontrar estrategias:
Vamos a dar algunas propuestas fáciles y proactivas:
1. Pregunte si alguien está encontrando dificultades, pero de la opción de contarlo en privado. Puede contar cómo surgió este material: por parte de una alumna, primero y profesora e investigadora después, que se cansó de ser la única persona con discapacidad en todos lados y de tener que dar las mismas explicaciones una y otra vez.
2. Pregúntese: Si tuviera que transmitir los conocimientos que está dictando por medio de un teléfono (la conexión a Internet es caprichosa) o por un audio de WhatsApp solamente, ¿Podría? Y si lo tuviera que hacer solamente por escrito, porque se le reventó la placa de sonido y no encuentra quien la arregle, podría dar clases?
3. Usted tiene una condición de banda más o menos ancha, que suele funcionar casi bien y una computadora razonable, porque es un instrumento de trabajo. Si sus alumnos navegan con datos o con un teléfono móvil viejo y con poca memoria, ¿podrían acceder a los contenidos y a los materiales? ¿Hay alternativas?
4. Yo, que no veo casi nada, podría ser alumna oyente en su clase? (no estoy preguntando para ir, sino para plantear el caso)
5. ¿Cómo manejaría un alumno con otra discapacidad o que de pronto tuviese algún problema físico?
6. ¿Cómo se las arregla con los alumnos que no participan, ahora que trabaja a distancia?
7. ¿Cómo se maneja con la administración del tiempo, ahora que todo sucede en el mismo espacio? ¿Y el uso del espacio hogareño? Resulta que algunos textos escritos a finales de los 90 y principios de los 2000, cuando recién empezábamos a hablar de teletrabajo, parecen escritos hoy. Y le agregarían un adjetivo que a veces, en el vértigo de estar viviendo una pandemia, se pierde: trabajo gratificante, con sentido.
En este caso, hablaremos de lo que nos enseñó el ponernos a escribir en conjunto con personas lejanas para obtener un producto que represente la sinergia grupal. “Web creatividad es el término que hemos inventado para designar a los procesos creativos que tienen como escenario la Web. Puede designar tanto a los intercambios ocurridos en una comunidad virtual, durante los cuales se genera algo novedoso; la creación de contenidos innovadores; el aprendizaje colaborativo en entornos virtuales; las innovaciones en el diseño Web y cualquier otra situación que conjugue el uso de Internet y sus tecnologías asociadas y el surgimiento de elementos innovadores.
En este texto, en particular, nos centraremos en las comunidades virtuales como espacio creativo. En este sentido, consideran fundamental pensar en Internet no solo como plataforma tecnológica, sino mirarla como un espacio de interacción entre los seres humanos, que se va transformando por la misma interacción que se va desarrollando. Internet no es solamente máquinas interconectadas. Es una red de redes humanas que se relacionan unas con otras y donde las computadoras son únicamente la plataforma tecnológica que permite mediatizar esas relaciones. Está claro, que el hecho de que se base en una plataforma tecnológica de computadoras interrelacionadas, hace que esta red de redes humanas funcione con características novedosas y particulares. Al ser mediadas las relaciones por la plataforma tecnológica, las comunicaciones se modifican.
Para que las TICS contribuyan al desarrollo humano es necesario que se inserten en prácticas ya existentes, sea de personas, grupos u organizaciones. Partiendo de estas prácticas concretas, resulta posible convertir a las TICS en herramientas que potencien el trabajo en el mundo real y concreto. La apropiación social (y personal) de las TICS implica un acto de creatividad, el incorporar aspectos propios a la tarea; la combinación de elementos antes desconectados; la modificación de hábitos, costumbres, prácticas; la interacción con seres humanos y objetos, la cual modifica a las situaciones y a las personas que las protagonizan.» Dentro de un entorno no formal y no registrado, los tele trabajadores, como otros grupos de personas, comparten con otros angustias, alegrías y preguntas. Trataremos de resumir lo que fuimos obteniendo de esos intercambios, desde el primer momento en que un tele trabajador se reconoce como tal, hasta ese punto en que trata de realizar su tarea en las mejores condiciones posibles, mirándose en ese espejo que son los otros tele trabajadores, para volver a definir nuestro punto de partida: el teletrabajo con calidad de vida» (…)
La creación de comunidades virtuales en donde conocer las estrategias de otros, reconocerse como parte de un todo, intercambiar angustias y alegrías, descubrir cómo empezar o cómo superar baches, es bueno para la calidad de vida en el entorno de trabajo cuando el espacio de trabajo es la propia casa; el manejo del tiempo es nuestra; cuando la herramienta de trabajo, además de la computadora, es nuestro propio cuerpo y cuando, además, debemos inventar hoy lo que nos dará de comer mañana. Estas preocupaciones desvelan a muchos tele trabajadores y aspirantes a tales. Aparecen a veces en palabras, a veces en silencios, pero también en el cuerpo físico, tangible, viviente. El gesto de sacudir la cabeza, girar los hombros, estirarse, sacudirse, para sacarse del cuerpo las huellas de tantas horas sentados. El riesgo es estar tan concentrados en lo virtual que nos olvidamos de nuestro propio cuerpo. Agregamos, entonces, el concepto de “gestión eficiente del propio cuerpo” como un requisito para el teletrabajo con calidad de vida.
Me preocupaba mucho que el énfasis puesto en la necesidad de adaptar los contenidos, metodologías y relaciones a esta nueva modalidad de trabajo terminara pasando por encima de un recurso siempre escaso: el tiempo docente. Por eso insisto y me insisto en volver cada tanto al propio centro, observarse y buscar, dentro de lo posible, las estrategias para no terminar molidos.
Aquí no estamos ni siquiera hablando de un entorno laboral adaptado. Estamos hablando de que la casa propia es lugar de trabajo docente, de labores domésticas, de chicos y chicas de diferentes edades, aprendiendo, jugando o aburridos. («No, no me enloquece adaptar las clases para que sean a distancia y accesibles. Eso ya sé cómo se hace… Tengo un bebé de cinco meses.» Nos respondía un entrevistado hace unos días.) Sin embargo en el trabajo que estamos tomando como referencia, se planteaba este escenario ideal: Sabemos que en todo entorno laboral hay variables que escapan absolutamente a nuestro control. Muchos han demonizado al teletrabajo como una nueva forma de explotación. Sin embargo, hay mucho dentro de lo que sí podemos modificar en esta bioética del vivir cotidiano. Algunas han sido mencionadas aquí.: Adecuaciones en la vivienda – Privacidad – Adaptaciones ergonómicas – Comodidad – Gestión del tiempo – Procesos de negociación con los empleadores, con los compañeros de trabajo y con el grupo familiar – Claridad de normas y consenso – Gestión del propio cuerpo – Encontrar las propias maneras de compensar la inmovilidad – Apoyo entre pares – Pertenencia a comunidades virtuales de teletrabajadores.
Cuando esto es posible, elegir las herramientas informáticas más accesibles y usables. A manera de deseo: poder trabajar rodeados de gente que nos valore y en tareas gratificantes y significativas» Este trabajo significó un diálogo permanente con los miembros del Foro de vida Independiente y con Javier Romañach en particular. Él empezó desde la ingeniería de software, pasando por la creación conjunta del Sidar y la accesibilidad digital; por la domotica, (que aplicó al diseño de su propia casa y a mejorar la vida de otras personas con discapacidad) siguiendo con la bioética y la filosofía de vida independiente. Ese cruce entre bioética y tecnología es lo que hace que su figura sea tan pertinente aquí. Las citas son de un homenaje a su persona, sin publicar todavía. Entre las personas con las que trabajé mucho a distancia está Pamela Molina. Fue un aprendizaje mutuo, siendo ella sorda y mi marido y yo con discapacidad visual y motriz, nuestras necesidades de apoyo eran a menudo opuestas. Fue necesario que todos los miembros del grupo de trabajo se implicaran para subsanar aquellas situaciones que las plataformas de trabajo a distancia no podían. Alguien traía un material en audio y teníamos que parar hasta que se subtitulaba o interpretaba en lengua de señas. Alguien traía un gráfico, entonces era necesario que nos describieran y transcribieran la imagen. Pero el problema no era del miembro más lento: era el grupo el que aprendía y actuaba.
Pamela Molina es Especialista de la Sección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad del Departamento de Inclusión Social de la OEA, profundiza en los retos que esta pandemia presenta para generar respuestas que incluyan a las personas con discapacidad, priorizando algunas recomendaciones que garanticen, entre otros, el derecho a la información y el derecho a la salud y contemplen los principios de inclusión y accesibilidad, para que pueda este último hacerse efectivo. Aunque genera retos importantes en la garantía de derechos, esta pandemia también debería generar oportunidades para garantizarle más derechos a más gente. Es esencial que el distanciamiento y el aislamiento como medidas públicas consideren la conciliación de la familia y el trabajo para aquellas personas que deben continuar atendiendo sus responsabilidades profesionales y laborales, particularmente en el caso de hogares monoparentales, y a la luz del cierre de centros educativos y de cuidado de niños/as.
Es importante que se promuevan políticas sobre la corresponsabilidad y la distribución equitativa del trabajo doméstico y del cuidado, para que las mujeres puedan seguir participando de sus actividades productivas, aún con el incremento en el trabajo del hogar debido a la pandemia. No sé si a las docentes mujeres les suena a algo… Los servicios remotos de trabajo o educación deben ser igualmente accesibles para empleados / docentes / estudiantes con discapacidades.
a. Las y los tomadores de decisiones deben considerar que las restricciones de movilidad y negocios impactan desproporcionadamente a las personas con movilidad reducida y otras personas con discapacidad. a. En el marco de las políticas de información y comunicación:
b. Toda la información sobre salud pública (y educación agrego yo) antes, durante y después de la emergencia debe ser difundida en una diversidad de formatos accesibles para las personas con discapacidad y al mismo tiempo y por los mismos canales que se entrega la información al resto de la población, de manera constante. Esto implica que toda la comunicación audible debe ser traducida a medios visuales (lengua de señas, subtítulos), y toda la información visual que se transmite, debe ser traducida a formatos auditivos, tales como la audio-descripción, audio-texto, comunicación aumentada y otros formatos alternativos de comunicación. Debe haber versiones en lenguaje sencillo, pictogramas, infografías, para personas con discapacidad intelectual o neurodiversas.
c. La traducción en lengua de señas debe ser realizada por profesionales capacitados y neutrales, reconocidos por la comunidad sorda del país, que estén junto a las autoridades que están informando o que ocupen espacio similar y paralelo en la pantalla de televisores. Recuadros pequeños no son efectivos. Es importante considerar que la comunidad sorda es hetereogénea, y por ello, subtítulos y lengua de señas para informar en situaciones de emergencia deben usarse conjuntamente.
d. Poner a disposición de los servicios públicos y de las personas con discapacidad, tecnologías de la información y la comunicación (TICS) y tecnologías asistivas que favorezcan la comunicación y la autonomía de la persona en situaciones de emergencia, tales como videochats para el uso de intérpretes en los servicios médicos, aplicaciones celulares para detectar contagios, para indicar ubicación, para llamar a emergencias, programas para describir entornos a personas ciegas, para leer etiquetas, entre otros.
Lo anterior no es puro capricho de personas que quieren complicarle la vida a sus colegas con innovaciones. Hay un marco de referencia sólido en las que se basan estas reflexiones.
¡Los esperamos en la próxima entrada!