“El ejercicio del humorismo, profesional o doméstico, más refinado o más burdo, oral, escrito, mímico, dibujado… mejora la vida, permite contemplar las cosas de una manera distinta, lúdica, pero, sobre todo, lúcida, a la cual no llegan otros mecanismos de la razón”.
Marcos Mundstock (1942 – 2020)